Miriam, para empezar, ¿podrías contarnos un poco sobre tu carrera y cómo empezaste a desarrollar tus habilidades artísticas y de escritura?

- Desde muy joven he tenido interés por el mundo artístico. Cuando tenía apenas unos años ya pintaba y escribía mis propias historias, así que supongo que era más una necesidad que un interés: expresarme y desarrollarme como artista. Mi madre leía mucho y tal vez fue eso lo que me interesó por la lectura, la escritura llegó casi de inmediato. En cuanto a la pintura, cuando era niña hacía manualidades como actividad extraescolar y ahí comencé a aprender diferentes técnicas. Posteriormente acabé haciendo el Bachillerato Artístico pero no fue hasta hace unos años, ya trabajando en una agencia de publicidad como redactora, que volví a pintar en los tiempos muertos en los que esperaba feedback. Hubo una catarsis allí. Empecé a pintar mucho más y a probar nuevas técnicas, ¿a apuntarme a cursos específicos? Otra disciplina que me interesa mucho es la fotografía, con la que experimento de forma analógica.

Sabemos que eres un apasionado del arte, ¿qué te motivó a dedicarte a estas áreas? Y en cuanto a tus proyectos, ¿en cuáles disfrutas más trabajar?

- Como dije, creo que era una necesidad. Cuando alguien me preguntó qué quería ser de mayor, no recuerdo otra respuesta que escribir. El ir creciendo y descubriendo personas muy polifacéticas, que saben hacer muchas cosas y que no necesitan definirse con una sola palabra, realmente me motivó a no centrarme en una sola cosa o disciplina. Creo que escribir es lo que más me gusta, lo que más cómoda me hace y como mejor me expreso. Pero también siento que todo lo demás, la pintura y la fotografía, me ayudan mucho a aportar a lo que escribo.

Respecto a tu proceso creativo, ¿podrías contarnos qué elementos esenciales e indispensables te inspiran a la hora de escribir y pintar? ¿Tienes algún lugar o entorno en particular que te ayude a encontrar el equilibrio y la armonía para inspirarte?

- Vivir nuevas experiencias es lo más inspirador. Conocer gente te abre puertas mentalmente, nuevos puntos de vista... viajar en todos los sentidos. Mi forma de crear es muy instantánea, por ejemplo, escribo mucho en notas en mi teléfono móvil o en cuadernos que llevo siempre conmigo. Luego reviso y edito, aunque casi nunca cambio nada. Para pintar necesito más tiempo y espacio. No tengo estudio, así que trato de que mi hogar sea inspirador, con luz, plantas y otras obras inspiradoras a mi alrededor.

Recientemente hemos sabido que has publicado un libro de poesía titulado "Cómo vacar una piscina". ¿Podrías contarnos un poco sobre el significado del título y el diseño que elegiste para este proyecto?

- Cómo vacar una piscina comenzó como mi propia reflexión sobre mi incapacidad para decir adiós o dejar ir las cosas. Me pregunté en qué momento no había aprendido a hacer eso y comencé a escribir para descubrirlo. Al principio quería que fuera un libro de ensayos, pero lo que salieron de mí fueron poemas, y así terminó siendo. Siempre tuve claro que no quería que fuera un libro de poesía sólo con letras, que tenía que ir acompañado de imágenes y diseño, que todo el libro tenía que ser un viaje. Al final no sólo escribo sino que también hago fotos y pinto, así que tenía sentido que eso quedara reflejado en mi primer libro. Mi amiga Marta Márquez, diseñadora y directora de arte, fue la encargada de convertir el libro en lo que es ahora. Estoy muy contento con el resultado. También fue muy importante la impresión, la textura del papel y los detalles, por ejemplo, hay un poema viajero impreso en papel de calco, que es lo primero que ves al abrir el libro. Cada detalle está muy cuidado y siento que era justo lo que pedía este proyecto.